Había una vez una frágil mariposa delicada y tierna llamada Ada, que creció en un lugar pequeño donde todos no compartían las mismas ideas.
Sin embargo, ella vivió en su mundo, ese mundo donde siempre se repetían todos los días de su vida Qué lindo Fuera. Poder volar libremente, poder mover las alas con tranquilidad de vivir feliz.
Pero su consuelo no llegaba, ya que se sentía frustrada al saber que todas sus hermanitas podían volar libremente y ella no porque aún era un capuyo de seda. Un día al compás del viento, brisaba, y con ella fue una bella ave que todos los días al atardecer se posaba en un árbol frutoso, ella observaba como todas las mariposas extendían sus alas y jugaban alegremente menos la pequeña Ada, entonces se le acercó y le susurró, calma ya vendrá tu tiempo de volar y hacer un mundo mejor, rápidamente el ave extendió sus alas y se fue. Ada miró y ya no estaba.
Al llegar la noche, La Luna salió, resplandecieron las nubes y Ada sentía que era una noche mágica, así lo era tanto que sin imaginarlo unas alas plateadas y brillantes se fueron extendiendo y opacaron a todas las mariposas del valle, fue tan brillante su resplandor que se fue notando por todos. Al llegar el amanecer sus ansias de volar eran inmensas que sin dudarlo salió a descubrir la belleza de la naturaleza, pasaron largas horas y ya Ada era un ser admirado por todos. En el valle hablaban de ella y la hermosura de sus alas. Ada sintió mucha hambre y le pidió algo de comer a sus hermanas y juntas fueron y le enseñaron el lugar de las flores y cómo se absorbía el polen, ella notó que quedaban poco flores en el valle y las que quedaban poco a poco se marchitaban, entonces se sintió triste de descubrir el mundo real, pasaron los meses y se acercaba la gala de elecciones a la Gran Mariposa.
Ada ya era una gran mariposa admirada y sabía que todo el valle la quería por su forma de pensar y de actuar. Llegó la gran noche y Ada fue con su mágica vibra y alegró el ambiente, todos sin pensarlo la eligieron a ella para dirigir el valle y sus próximas generaciones. Ada se conmovió y se sintió feliz y desde ese momento empezó dirigir a su pequeño valle.
Las mariposas cada día se quejaban por las pocas flores y Ada solo trataba de buscar un mejor lugar, qué lindo fuera que hubiera agua fresca y transparente, que lindo fuera que la familia pueda jugar con el viento y respirar sintiendo aire limpio, libre de humo, de tanta contaminación, que su valle, sus aguas fueran frescas, qué lindo fuera que todos sean conscientes y construyamos un mundo mejor. Ada no sabía cómo hacer de su valle un lugar perfecto, al final de todo lo que estaba pasando lo único que tenía claro era luchar como fuera por cambiar las cosas.
Las otras mariposas ya no se sentían tan felices como antes porque todo había cambiado. Ada al ver sus mariposas así, les dijo: ánimo, nosotras lo podemos lograr, entre todas hablemos a los demás animales y empecemos a limpiar las aguas de todas las basuras que encontremos. Pasaron los días y todo se empezó a ver más limpio. Como Ada era la líder empezó a ser más estricta con todos, a cada mariposa le dio una responsabilidad. Poco a poco el cambio se fue notando.
Sentía la tranquilidad de que todos los capuyos iban a estar bien que cuando les legara la hora de volar lo iban a ser satisfactoria, ya que su ambiente está libre de contaminación.
Después de tanto tiempo llegó el gran día, en que poco a poco sus capuyitos tiernos a los que tanto ella cuidaba, le salieron sus alitas y volaron. Ella tranquila y feliz, porque no sentía preocupación alguna.
Todas se reunieron y celebraron,bailaban y jugueteaban en medio de sus flores con su polen dulce e increíble.
Fueron días mágicos y únicos. Después de tanto tiempo Ada nunca más había vuelto a ver la bella ave, de repente ella se le acerco y le dijo, te acuerdas de mis palabras: “todo tiene su tiempo”, Ada sonriente le respondió, “sí, ahora soy muy feliz, la bella ave la estrechó entre sus alas y una vez más le dijo “aunque no es fácil lo que te voy a decir, no te rindas”. Ada la miro con lágrimas en sus ojos y le pregunto ¿Qué pasó?
“Ada, es muy triste darte esta noticia pero encontré en las ramas de un árbol, unas cuantas mariposas muertas”. Ella no podía creer en sus palabras y volaron juntas, hasta el lugar de las mariposas muertas.
El ave le dijo: “perdóname por traerte esta noticia, ellas murieron porque unos cuantos animales hicieron unas quemas y el humo las mató”.
Ada lloraba desesperadamente y se preguntaba ¿por qué?, si todo andaba bien, si todas las otras mariposas se sentían tranquilas porque ya no había contaminación. El ave la miró y le dijo, calma pequeña Ada, tu eres valiente, todo tiene su tiempo. Ella se secó las lágrimas y le dijo: qué lindo fuera que entre todos hubiéramos cuidado el gran valle. El ave desapareció y y Ada con mucha tristeza les fue a dar la noticia a sus amigas.
Fueron días de mucha tristeza, pero Ada tenía que levantarse y seguir adelante, hizo una reunión con todos los animales y les dijo: “no puedo cambiarles a ninguno su forma de pensar y actuar, pero sean conscientes que por culpa de las quemas se murió una parte de mi familia, mis mariposas”.
Tomemos conciencia porque están en juego nuestras vidas, no podemos volar libremente, no podemos respirar aire puro porque está contaminando todo, los animales del pequeño valle se disculparon porque Ada tenía razón. Al otro día muy temprano Ada, como de costumbre, madrugó a hacer la ronda de vigilancia, ella notó algo extraño, veía muchos animales reunidos, aves, mariposas y animales del bosque. Ella los observó, pero continuó su ronda normal. Llegó la navidad la primavera y con ella la esperanza de un nuevo renacer. Ada empezó a sentir el aire puro y fresco que acariciaban sus hermosas alas plateadas. Empezó a ver muchas flores de todos los colores y los caminos del bosque. Vieron el amor de Ada hacia su valle y quisieron ayudarla, demostrando ellos también como gesto de cariño que no botarían más basura y quemar era ser egoístas con sus familias, esta vez se dedicaron a cultivar flores y purificar sus aguas.
Ada, al ver el cambio de todos, no lo podía creer como sus mariposas volaban libremente, disfrutaba del aire puro, era todo como un sueño el sueño de Qué lindo fuera, ella solo quería que todos tomáramos conciencia que si cuidamos nuestro medio ambiente y el entorno y el entorno donde vivimos, se puede ser feliz. Ahora el pequeño hábitat era lleno de mucha magia y color, las mariposas se multiplicaban entre sí, el bosque agradecía el amor de Ada.
Ada simplemente daba gracias y se dedicó a ser feliz volando con sus hermosas alas plateadas.