Había una vez un niño llamado Diego, él era deportista y también le gustaba cuidar el medio ambiente. Un día se le ocurrió la brillante idea de organizar un campeonato de fútbol, con el fin de reforestar el parque de su barrio.
Para ello, Diego necesitaba de patrocinadores porque no contaba con recursos, así decide contarle a sus padres acerca de la idea para que ellos le colaboraran consiguiendo las personas adecuadas, lo que aceptaron felices.
Mientras tanto, él iba invitando a cada uno de sus hermanitos y amiguitos para que lo apoyaran y se esforzarán en conseguir su equipo para participar.
Las condiciones para participar era que cada equipo debía donar un árbol o una planta para su inscripción y que los días que durara el evento ellos tenían que plantar sus árboles o macetas y regarlas todos los días.
Diego estaba feliz, pues a muchos de sus amigos les encantó su idea y ni qué decir a sus padres, quienes habían conseguido donaciones para el parque y su reforestación.
El premio al ganador sería sorpresa, así que todos estaban ansiosos por participar y ganar.El torneo comenzó la fiesta llamada Gol, había causado revuelo en su barrio y todos querían participar, chicos y grandes.
A medida que el torneo avanzaba, aumentaban las ganas de ser campeones, el barrio trabajaba regando las plantas y recogiendo la basura. Y enseñando a los niños y adultos que regaban, la importancia de cuidar el medio ambiente, conservar espacios limpios y reciclar en sus hogares.
Diego se convirtió en el promotor, junto con sus padres, de una gran labor, ya que sus vecinos desconocían la importancia de cuidar y guardar el medio ambiente.
El día del partido final llegó, se habían inscrito muchos equipos, pero solo había un ganador, así que Diego estaba ansioso porque él tampoco sabía cuál era el premio y su equipo estaba en la final.
Emocionado con el acontecimiento vio como estaba quedando de hermoso el barrio y como la comunidad ayudaba a cuidarlo.
El y su equipo se propusieron en ganar para que este premio quedara en su barrio, ya que muchos serían benefiados con este premio.
La hora final llegó, él y su equipo la dieron toda para ganar y así ser campeones, y anotaron tantos goles como pudieron al equipo contrario, siendo así los campeones.
La hora de la premiación se acercó y cuando fueron a entregar el premio, se encontraron la sorpresa que se les denominó Juegos por el Parque y la mejora de la Cancha. Su proyecto había gustado y muchas personas habían donado para ello. Diego y sus amiguitos se pusieron muy felices y se dispusieron a seguir enseñando a los niños y a la comunidad a proteger la naturaleza.
Y así, Diego anotó el mejor gol de su vida, fue a ayudar a la comunidad a mejorar y embellecer su parque, y a enseñar a los adultos a reciclar y cuidar el medio ambiente, y todos fueron muy felices.